Capitulo 23

-Mi esposa no sale de aquí, hasta que me diga para que la buscan-Dijo sosteniéndome la mano con fuerza.

-Señor Ayala, es que la familia Espinosa-Lo interrumpí

-¿Espinosa? ¿Le paso algo a Daniel?-Pregunte. Mi corazón latía a millón presa del miedo y el nerviosismo.

-Si señora, ayer en la noche señor Daniel fue arroyado por un carro. Esta muy grave en el hospital. Su familia mando a buscar por usted ya que él no dice otra que cosa que su nombre.

-OH Dios no puede ser- Me lleve las mano a la cara, aguantando mis ganas de llorar. No encontraba palabras tuve que ir a sentarme.

Raymond me miro preocupado, entendía que no podía hablar así que le pregunto a los oficiales.

-¿En que hospital esta recluido?

-En el santa bárbara.

-Gracias por avisarnos, iremos por nuestro propio medio.

-De nada, cualquier cosa estamos a la orden-Salieron los oficiales. Cerró la puerta.

Se acerco a mi totalmente preocupado, lo notaba en sus ojos.

-Tranquila mi amor. Te llevare al hospital ________¿estas bien?

No le respondí, me levante del sofá y camine hacia la ventana, hay me quede quita sin moverme, viendo como se movían los árboles por la brisa, mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas, lo cuales no pude reprimir, tenia miedo de que Daniel lo perdiera.

No correspondía a sus sentimientos, pero a pesar de todo lo quería mucho era mi mejor amigo también a pesar de lo que había pasado la noche anterior mi corazón lo había perdonado, por que él fue la única persona que me apoyo en aquellos momentos difícil de mi vida, él quien me levanto de la absoluta depresión, estaba tan cerca de perderlo. Era algo que me atemorizaba. Los brazos de Ray rodearon mi cintura, me beso con tierno el cuello, al sentir ese contacto tan calido que siempre me daba me tranquilizaba un poco, voltee para mirarlo, su mirada reflejaba tristeza, toco mi rostro con ternura y yo solo me limite a sonreírle.

-Será mejor que te cambies de ropa, no podemos permitirnos llegar tarde si él desea tanto verte.

Me quede callada por unos minutos, admirando su rostro, en ese momento me sentía mal, he perdido a varios parientes, amigos pero Dani también era muy importante para mi, de solo imaginarme si algún día Ray se fuera de mi lado, estaba segura que no lo soportaría. Volví a sonreírle, cuando sonó el teléfono y él tomo. Se Alejo un poco de mi lado. Giro a verme.

-Es Dulce-Dijo en voz baja.

Se aparto mas, siguio hablando con Dulce pero sin despegar la mirada de mi, y fue entonces, cuando un solo gesto en su rostro, pude adivinar lo que conversaba, solo cuando vi que Raymond suspiraba con cierta tristeza, estaba complemente segura lo que lo que había ocurrido.

-Dani- Entre sollozos.

Mis piernas temblaron, me caí en el suelo. Escuche como Raymond se despedía de Dulce, así también sentí como su cuerpo cuando me abrazaba, no me dijo nada tal vez no encontraba las palabras para consolarme. Solo fueron suficientes sus caricias.

No se cuantas horas estuve llorando, tanto tiempo como necesitara, consolar aquella perdida. Sujeto mi mentón con su mano con delicadeza.

-¿Como estas?

-No lo se- Mi voz estaba ronca por lo que había llorado.

-________, estoy contigo. Se que duele mi amor. Te amo-Me dio un tierno beso. Como siempre el corto la magia. Me sentía tan culpable de lo que había ocurrido con Daniel.

-También te amo, pero ahora deseo estar so..

Me interrumpió.

-Tu me dijiste una vez que estarías conmigo, hasta el final ¿no?- Asentí- Ahora déjame hacer lo mismo contigo.